Hace ya una semana que volvimos del FIB pero parece que fue ayer cuando agitábamos nuestras cabezas con New Order... ¡Que pasada de experiencia! La verdad es que los cuatro días pasaron muy deprisa; vivimos muchas aventuras en poco tiempo, por no mencionar los fantásticos amigos que conocimos allí. Volvimos a casa con un gran recuerdo, arena en los zapatos y un par de pulseritas que luciremos con nostalgia. Como no sabía muy bien qué cámara debía llevarme, decidí por la opción más sencilla: los aparatos desechables. Hicieron falta tres carretes para inmortalizar con éxito la esencia del festival. Os dejo algunas de las fotos. Solo me queda agradecer a la revista Indiespot y a Ron Barceló por brindarnos la oportunidad de asistir al festival. ¡Valió la pena!
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